Empiezo fatal, con un título cursi, manido... en fin, no pretendo ganar ningún premio. Mira! Ya tengo un ejemplo para explicar el título: hoy no pretender ganar ningún premio es ir a contracorriente.
Y sí, es que me siento así la mayor parte del tiempo, y ya tiene mérito, porque soy de lo más normal en todo. Bueno, no me gusta la palabra normal, digamos mejor... que tengo una vida de lo más típico y habitual. Desde que me levanto hasta que me acuesto hago lo que cualquier mujer casada y con dos hijos pequeños que trabaja hace a lo largo del día.
Pero siempre hay pequeñas cosas que no me da la gana hacer, o sí me da la gana hacer, o me da la gana pensar, o decir. Y entonces ya la has fastidiado, porque "los demás" siempre se fijan en esas pequeñas cosas, es más, resulta que son importantísimas, y sobre todo parecen afectarles mucho.
Aquí comentaré ese tipo de cosas. Al menos así voy a empezar. Luego ya veremos...
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